Una de las situaciones más desafortunadamente común que encontramos en nuestra práctica son los hombres y mujeres inmigrantes que han sido abusados por su pareja y son víctimas de violencia doméstica y. Dadas las actuales restricciones de movimiento debido a la epidemia de coronavirus, la violencia doméstica está en aumento en todo el mundo, y este fenómeno se está reflejando en las llamadas que recibimos últimamente para pedir ayuda.
Usualmente los inmigrantes (tanto hombres como mujeres) que se encuentran en esta situación difícil caen en 3 categorías: (1) no tienen estatus de inmigración, y no están casados con su pareja abusiva; (2) no tienen estatus de inmigración, pero están casados con un ciudadano estadounidense o residente permanente que se niega a patrocinarlos; y (3) están casados con un ciudadano estadounidense o residente permanente, y tienen la residencia basada en su matrimonio, pero su tarjeta de residencia se va a vencer y su matrimonio se está desmantelando.
Afortunadamente, existen disposiciones en la ley de inmigración para ayudar a la víctima en las tres situaciones. En la primera situación, donde el inmigrante no está legalmente casado con su abusador, la presentación de una solicitud de visa U puede ser una opción. La solicitud requiere un informe policial del crimen, y una certificación de la policía de que el inmigrante ha sido útil para resolver el crimen. Se necesita valor para presentar un informe policial, pero hacerlo podría ser el primer paso para independizarse financiera y legalmente del abusador.
También hemos visto muchos casos en la segunda situación, en los que el inmigrante se encuentra en un matrimonio abusivo y su cónyuge se niega a patrocinar su residencia permanente. Muchas veces la amenaza de deportación se utiliza como una forma de abuso para controlar y manipular al cónyuge. Afortunadamente, bajo la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA), el cónyuge abusado puede patrocinarse a sí mismo para una tarjeta de residencia. De hecho, no es necesario que la pareja se divorcie o incluso se separe para que esto suceda. Las autoridades de inmigración están legalmente obligadas a usar protocolos estrictos para proteger la información sobre la presentación de la tarjeta de residencia del abusador.
Finalmente, algunos inmigrantes se encuentran en una situación de estar casados con un ciudadano estadounidense o residente permanente que los ha patrocinado para la residencia, pero su relación ha terminado y su tarjeta de residencia se ha expirado. En circunstancias normales, se supone que ambos cónyuges deben presentar una petición juntos para extender la tarjeta de residencia. Sin embargo, en una situación de abuso, el cónyuge abusado puede extender su tarjeta de residencia por su propia cuenta si puede explicar adecuadamente su situación a las autoridades de inmigración. Un concepto errado común es que el abuso tiene que ser físico, o que tiene que haber un informe policial para demostrar que el abuso ocurrió, pero ninguna de las dos creencias es exacta. En este escenario hemos tenido éxito en ayudar tanto a hombres como a mujeres inmigrantes que fueron abandonados emocionalmente o amenazados verbalmente, pero donde no hubo abuso físico o reporte policial.
Nadie entra en una relación o matrimonio pensando que los llevará a una situación en la que se encuentran atrapados. Cuando el estado de inmigración de alguien depende de esa relación, puede ser especialmente vulnerable. Afortunadamente, con la ayuda adecuada, hay manera de salir de esta situación, que permite a los inmigrantes permanecer en los Estados Unidos y reconstruir sus vidas.